Entre 1499 y 1501 Cesare Borgia, hijo ilegítimo del Papa Alejandro IV, derrotó a Caterina Sforza, señora de Imola y condesa de Forli, para conquistar Romaña. Después de su victoria, nombró a Leonardo da Vinci para el puesto de Arquitecto e Ingeniero General. En 1502, le ordenó que estudiara la fortificación de la región. Una de sus primeras tareas fue dibujar un mapa de la ciudad de Imola.
Este momento cambiaría la cartografía para siempre. Anteriormente, los mapas que representaban la ciudad se hacían desde una perspectiva artística, normalmente desde una vista de la colina. Los edificios a menudo carecían de detalles y las áreas no estaban a escala. Este tipo de representación era un obstáculo para las operaciones militares.
El Palazzo Comunale, el lugar por donde cruzaba el cardo máximo romano (Via Appia) y el decumano máximo (Via Emilia), fue elegido por da Vinci como el punto central de la ciudad. A partir de ahí, la ciudad se dividió en ocho sectores. Da Vinci midió varias calles y puntos de referencia usando una brújula y un odómetro. La geometría le ayudó a completar su trabajo y creó efectivamente el primer “mapa aplanado” de la historia. Un mapa que sigue siendo fiable más de 500 años después.
Sin embargo, este mapa histórico incluye algunas preguntas sin respuesta. La magna meseta medieval, ahora Piazza Matteotti, ha cambiado muy poco desde 1474 y tiene una forma trapezoidal. Sin embargo, la plaza en el mapa de da Vinci tiene la forma de un rectángulo. No está claro por qué, pero puede haber sido hecha para realzar las proporciones arquitectónicas del Renacimiento.
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