Monasterio Tsuki en Saitama, Japón

Según se informa, establecido alrededor del año 771, el santuario Tsuki en Urawa, Saitama, es notable por su asociación con los conejos. En lugar de las típicas estatuas komainu -un par de perros parecidos a leones (o a veces zorros) que custodian el santuario- éste tiene conejos de piedra que cuidan la entrada.

Se cree que el santuario fue originalmente un almacén sagrado, donde se guardaba el tributo a los dioses. En japonés, tal tributo se llama mitsugimono, arcaicamente chōmono. El santuario fue finalmente llamado Santuario Tsuki, después de otra pronunciación del kanji para chō. En algún momento de la Edad Media, el nombre se asoció con tsuki, que en japonés significa “luna”.

En Asia Oriental, las marcas oscuras de la luna se interpretan tradicionalmente como la forma de un conejo. Así, el santuario adoptó el conejo como su shinshi, o mensajero divino, que sirve al kami (deidad) del santuario como un familiar. Hoy en día, los conejos de piedra se pueden ver por todo el terreno.

Otra característica inusual del santuario es su falta de arcos tori’i, que se encuentran comúnmente en los santuarios de todo el Japón. Según la leyenda local, esto se debe al hecho de que el santuario solía ser un almacén, y para facilitar el transporte, según la historia, los arcos fueron retirados.

Otra leyenda explica por qué el santuario también carece de pinos. En el santuario de Tsuki se venera a la diosa del sol Amaterasu y a su hermano Susano’o-no-Mikoto, además de la diosa de la agricultura Toyouke-Ōmikami. Se dice que una vez Amaterasu esperó el regreso de Susano’o, pero no volvió en mucho tiempo. En japonés, la palabra matsu significa tanto “pino” como “esperar”.

Hoy en día, la palabra tsuki tiene otro significado: suerte. Por esta razón, se sabe que los atletas locales visitan el santuario para rezar antes de las grandes competencias y juegos.