Después de algunos siglos de abandono y una pérdida de referencias confiables, durante el siglo XVI los recuerdos de la ciudad romana de Itálica comenzaron a resurgir.
Este proceso de recuperación continuó hasta el próximo siglo. Fray Fernando de Zevallos, La Itálica es nuestra principal fuente de conocimiento sobre la ciudad romana que dio origen a varios emperadores. A finales del siglo XVII, Francisco de Bruna había excavado una gran parte de la ciudad vieja y el anfiteatro descubriendo diversas esculturas y artefactos.
Durante el siglo XIX, aparte de las excavaciones incontroladas llevadas a cabo por ingleses y franceses, los viajeros románticos fueron los principales responsables del rescate de los vestigios de la ciudad romana. En 1912, Itálica y su anfiteatro fueron declarados Monumento Nacional.
Se cree que el anfiteatro fue construido bajo las órdenes del emperador Adriano, quien también quería reconstruir toda la ciudad. El teatro estaba compuesto de ladrillo y piedra labrada, y fue sede de batallas de gladiadores, recreaciones históricas de batallas y juegos de caza con animales. La mayoría de los eventos llevados a cabo dentro del teatro fueron considerados “deportes de sangre”.
El estadio podría albergar hasta 25,000 espectadores, aunque se cree que Itálica solo albergaba a unas 10,000 personas. Sería conocido como uno de los anfiteatros más grandes para adornar el imperio romano. El teatro es un ejemplo absolutamente impresionante de arquitectura romana y conocimiento técnico. Es una visita obligada.
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