Suecia tiene muchas minas que adornan el paisaje, muchas de las cuales han sido cerradas o abandonadas. Algunas se han hecho accesibles al público, pero a menudo imponiendo reglas y caminos estrictos. Este no es el caso de la Mina Aventura Tuna-Hästberg, donde casi nada está fuera de los límites.
La mina se remonta al 1600, pero la mayoría de sus 20 kilómetros de túneles fueron excavados a finales del siglo XIX y principios del XX. Los túneles descienden unos 520 metros bajo tierra, pero están llenos de agua hasta los 85 metros.
La mina es como una cápsula del tiempo, con varios artículos, cajas de señales y muebles que aún permanecen desde su cierre en 1968. En los niveles más altos, ha merecido el esfuerzo de quitar ciertas cosas, pero cuanto más abajo se va, más intacto se mantiene. Sin embargo, lo más impresionante de la mina son los grandes pasillos en columnas que se encuentran por todas partes. Estos son el resultado de las diversas técnicas mineras de la época.
La mina es única en su operación actual, ya que es dirigida completamente por un pequeño grupo de apasionados exploradores que encontraron la mina en su adolescencia y la recorrieron a escondidas durante años. Con el tiempo, lograron comprar la mina y comenzaron a hacerla más accesible para otros, construyendo escaleras, cavando túneles, añadiendo luces y otras comodidades.
Hoy en día, es posible explorar la mina a pie o tomar una ruta más aventurera que incluye tirolesas y espeleología. Se ofrecen conciertos en la sala de teatro de la mina, e incluso es posible bucear en los niveles inferiores en el agua cristalina, pero helada.