El famoso período Edo de Japón comenzó en 1603 y duró hasta 1868. Fue una época relativamente pacífica después de siglos de guerras feudales. Con el tiempo, el turismo se convirtió en un pasatiempo importante en todo el país, aunque a los plebeyos no se les permitía viajar. A medida que los viajes por todo el país se hicieron más populares, muchos libros enumeraron los mejores lugares para visitar en todo el país, desde las aguas termales hasta las montañas.
Aunque estas listas no eran definitivas, el puente Kintai, el puente Kazura de Iya y el puente Saruhashi son considerados como los tres únicos puentes de Japón.
Conocido como “puente de los monos”, el Puente Saruhashi fue nombrado según una leyenda del siglo VII. Según el cuento, los monos formaban un puente con sus cuerpos para ayudar a una pareja a cruzar el desfiladero. Supuestamente un jardinero llamado Shirako construyó el puente después de presenciar este evento alrededor del año 610. Aunque se desconoce la fecha exacta de la construcción, el primer registro histórico del puente data de 1479, cuando se mencionó en un registro militar.
Lo que hace a Saruhashi tan sorprendente es su diseño. El puente se construyó como un hanebashi, lo que significa que el puente no se apoya en pilares, sino en una serie de vigas en voladizo situadas en las caras opuestas del acantilado.
El diseño del hanebashi no era particularmente raro durante el período de Edo, pero su belleza escénica hizo muy popular al puente Saruhashi. Su ubicación en la estación de correos a lo largo de la carretera Kōshū Kaidō, donde se reunían muchos viajeros de todo Japón, también aumentó la popularidad del puente.
Desde su inicio, el puente ha sido objeto de varias renovaciones y restauraciones. La encarnación actual del puente es una reproducción de la versión del período Edo, su base ahora reforzada con hormigón.
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