Este museo está situado en una antigua central eléctrica en el epicentro de una importante zona de minas de carbón que funcionó entre 1920 y 1971. Finalmente fue reemplazada por una nueva planta de energía conocida como Compostilla I y más tarde Compostilla II. La planta fue finalmente abandonada, aunque sigue siendo una importante reliquia del patrimonio industrial español. El actual museo, La fábrica de Luz – Museo de la Energía, se centra en el importante papel que el carbón jugó en la vida de los habitantes de Ponferrada y El Bierzo.
Inaugurada en 2011, su restauración mantuvo muchos de los elementos originales de la planta y es conocida por su luminosidad. Se utilizó una gran grúa para levantar los enormes componentes de los turboalternadores en su lugar. El carbón llegó por tren a la planta. El material se deslizaba entonces por una pendiente que se acumulaba en un sistema de tolvas. Una red de cintas transportadoras redirigía los materiales al almacén de calderas donde la combustión del carbón calentaría el agua proporcionada por el río Sil.
Cuando el vapor llegaba a la sala de turbinas, había un panel de control y una cabina que proporcionaba aislamiento a los trabajadores debido al alto calor y al ruido generados por las turbinas. La energía mecánica que se convertía en electricidad se alojaba entonces en cuatro grandes transformadores.
Una visita al museo permite a los visitantes seguir todo este proceso. El viaje termina en el edificio más antiguo del lugar que ahora es un restaurante.
La historia del museo fue reconstruida con la ayuda y las contribuciones de más de 200 colaboradores. A lo largo del museo se encuentran testimonios grabados de antiguos trabajadores que describen su trabajo dentro de la fábrica.
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