Esta panadería tiene a Ferdinand e Isabella dando vueltas en sus caras tumbas, y no solo porque no pueden probar sus deliciosas ofertas. La panadería de Herminia en Ribadavia, España, muestra algunas de las recetas más antiguas de dulces judíos sefardíes en circulación.
Comenzó en la década de 1990 cuando un grupo de judíos sefardíes canadienses ofrecieron un concierto en esta pequeña ciudad con profundas raíces sefardíes. Al panadero Herminia Rodríguez se le encomendó hornearles una acogedora variedad de dulces judaicos. Sus invitados quedaron impresionados por su muestra de buena voluntad y, al regresar a casa, comenzaron a enviarle las recetas sefardíes más antiguas que pudieron encontrar. El gesto halagador desencadenó una reacción en cadena entre los historiadores culinarios judíos de todo el mundo y, muy pronto, Rodríguez se inundó con cientos de recetas sefardíes que sobrevivieron a la Inquisición española. Su panadería nunca fue la misma.
Hoy, Herminia’s Bakery es un refugio de dulces casi extintos, con avellanas ghorayebah (galletas de mantequilla), nueces kamisch (galletas biscotti-esque) y almendras kupferlin (galletas crecientes). La variedad de dulces de nicho ha hecho de su pequeña tienda un destino para los judíos trotamundos de todo el mundo, quienes han enviado las postales de la tienda de sus viajes lejanos, ocupando una pared de la encantadora panadería. El resto está decorado por una mezcla de curiosidades judías y cristianas. La tolerancia tiene un lugar aquí en esta oscura panadería, y también lo hacen sus golosos.
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