Wilmington, Australia del Sur, es una pequeña y pintoresca ciudad en la base de la cordillera Flinders. La tranquila comunidad agrícola es conocida por las ovejas, el trigo, la cebada y las marionetas. De hecho, Wilmington es el hogar de más marionetas que personas.
Inaugurado por Brian y Rosemary Whitehead en 2007, el Museo de Títeres de Sansouci alberga la mayor colección privada de títeres del país. Es el único museo de este tipo en Australia. El interés de Whitehead por los títeres fue un feliz accidente que comenzó después de que un derrame cerebral casi mortal lo dejara hospitalizado durante varios meses. Mientras se recuperaba, Whitehead fue animado por un compañero llamado Geoff, un titiritero entrenado, para ayudarlo a hacer espectáculos para el pabellón infantil. La experiencia fue sorprendentemente terapéutica para Whitehead, que atribuye a la forma de arte el haberle ayudado a recuperar la coordinación de su lado izquierdo.
Al fallecer Geoff, Whitehead se enteró de que su amigo y mentor le había dado sus títeres con la condición de que los usara. Así que lo hizo. Whitehead comenzó una nueva carrera poniendo en escena espectáculos de marionetas para niños y proporcionando terapia de marionetas a pacientes de salud mental y drogadictos en recuperación. También se embarcó en una aventura alrededor del mundo, coleccionando títeres y aprendiendo nuevos estilos de titiriteros dondequiera que fuera.
El museo ahora tiene más de 1.000 títeres en su colección. Las marionetas bailan desde las vigas sobre los estantes de pared a pared de todos los estilos de títeres imaginables. La colección incluye maniquíes de ventrílocuo, de mano, de dedo, de sombra, de varilla y títeres de boxeo.
Los muñecos antiguos de Punch y Judy se balancean el uno al otro, mientras que las antiguas figuras indias de Kathputli juegan al pungi, flotando sobre faldas onduladas de púrpura y oro. Muchos son amigos reconocibles de la infancia como Lamb Chop, Pinocho y Charlie McCarthy. Otros son enemigos de la infancia como Slappy de Goosebumps, con sus ojos penetrantes y su siniestra sonrisa.
El objetivo del Museo de Títeres de Sansouci es preservar el arte de los títeres y, como Geoff hizo para Whitehead hace todos esos años, animar a la gente a que se dedique a este oficio. Para aquellos tan inspirados, los Whiteheads hacen y venden sus propios títeres. Tanto si eres el próximo Jim Henson o Shari Lewis como si no, el museo es un espacio impresionante donde uno puede reconectarse con su niño interior y disfrutar de la magia de un buen espectáculo de marionetas a la antigua.
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