Museo Taragaon en Katmandú, Nepal

Para muchos, pensar en
Katmandú evoca imágenes de imponentes templos estilo pagoda y calles estrechas repletas de arquitectura exótica de la época medieval. Pero después de que la ciudad se abrió a los extranjeros en la década de 1950, el paisaje de Katmandú comenzó a cambiar. El Museo Taragaon no solo narra la transformación arquitectónica de la ciudad, sino que también la encarna.

Originalmente construido como un albergue para artistas y científicos visitantes, el Taragaon se convirtió en un hotel conocido que luego fue abandonado en la década de 1990. La propiedad fue rescatada por el hotelero y filántropo Arun Saraf, quien también es dueño del hotel adyacente Hyatt, y fue revivida para honrar la historia arquitectónica de Katmandú.

El arquitecto austriaco Carl Pruscha, que se desempeñó como consultor de la ONU y la UNESCO para el gobierno de Nepal, diseñó el Taragaon en la década de 1960 sobre la base de la visión artística proporcionada por Angur Baba Joshi. Joshi, una destacada activista social, es una mujer nepalí educada en
Oxford que soñaba con promover el patrimonio de
Nepal mediante el desarrollo de una aldea cultural. La combinación resultante del modernismo europeo de Pruscha y las tradiciones nepalíes engendraron una estructura única.

El ladrillo rojo oscuro domina el diseño del museo como un tributo a las estructuras de ladrillo de dachi appa que se pueden encontrar en los distritos históricos de Katmandú. Los ladrillos se usan típicamente para las fachadas de los templos y palacios de Newari. Las habitaciones de estilo de bóveda de cañón, que Pruscha llama “Pati”, también se inspiraron en la arquitectura clásica del templo. Otros elementos de la restauración reciente son claramente modernos, como las grandes ventanas circulares, que son un guiño hacia el futuro.

En el interior, el museo está adornado con fotos, dibujos y bocetos de la generosidad arquitectónica de Nepal. Dos de los artículos más antiguos en exhibición son un grabado de 1853 y una fotografía de 1863 de Katmandú. Estos se complementan con coloridos mapas topográficos y pinturas, así como esculturas modernas de artistas nepalíes.