Durante más de dos milenios, muchos países del Asia oriental utilizaron un tipo de moneda conocida como “efectivo” (que no debe confundirse con el dinero en efectivo). Se trataba de una moneda redonda con un distintivo agujero cuadrado, fundida en diversos metales según el tiempo, el lugar y el valor. Este sitio arqueológico de Chichibu cuenta la historia del dinero en efectivo y la minería en la historia de Japón.
El primer dinero en efectivo se acuñó en China durante el período de los Estados en guerra, alrededor del 475-221 a.C. A medida que la moneda posterior circuló por el imperio y más allá, su forma se convirtió en la base del dinero en toda Asia. Se emitieron imitaciones por todas partes, desde Sogdiana hasta el archipiélago malayo, sin mencionar Vietnam, Corea y Japón.
La primera moneda oficial de Japón fue emitida por la emperatriz Genmei el 29 de agosto de 708. Llamada Wadōkaichin o Wadō-kaihō, estaba hecha de cobre de alta pureza (wadō, o arcaicamente nigi-akagane) recogido de las minas de Chichibu, en la zona ahora conocida como Wado.
Los restos de la minería de superficie se han conservado hasta hoy, y los senderos de montaña a través de los matorrales muestran el sitio donde se produjo el cobre. Se descubrió por primera vez alrededor del santuario de Hijiri, que se construyó por primera vez en 708 y ha sido objeto de numerosas reconstrucciones. Alberga varios especímenes minerales y artefactos del período Asuka, entre ellos un Wadōkaichin, una espada corta, una muestra del antiguo nigi-akagane y un par de estatuas de cobre de ciempiés. Presuntamente un regalo para el santuario de la Emperatriz Genmei, los ciempiés representan a los dioses de la montaña que protegen las minas y a los mineros.
También hay varios monumentos con forma de caja en la zona, y cerca del que se encuentra en el sitio minero fluye un pequeño arroyo, donde se limpiaba el cobre recogido. Según el folclore, para tener buena suerte, hay que lavar las monedas en el arroyo y utilizarlas para el saisen (ofrenda a los dioses) en el santuario de Hijiri. Debido a esto y a su asociación con las monedas, el santuario se ha ganado el apodo de Zenigami-sama, el Dios del Dinero. —